Reencuentro

Fue verte bajar de aquel tren y un deseo casi animal latía con fuerza dentro de mi... Nos dimos dos besos y un abrazo, como dos personas que se saludan por cortesía, te montaste en mi coche y ninguna de las dos sabía como empezar la conversación... había pasado tanto tiempo. En aquel silencio empecé a recordar, tus caricias, tus besos, tus abrazos... y todas las noches de pasión, pero sin duda, lo que más echaba de menos era tu olor, siempre dulce, tan sensual...

El silencio se rompió con un -Bueno y ¿qué tal?, ¿Cómo te trata la vida?- Nada había sido lo mismo después de ella, nadie me hizo nunca temblar con solo el roce de su mano en un sitio público, -No me puedo quejar, así que bien... Ella conservaba esa mirada de animal hambriento, que tantas veces aparecía en mis sueños, subimos a casa y mientras le explicaba cual era la habitación en la que iba a quedarse, los recuerdos no dejaban de bombardearme la cabeza... estaba preciosa. Cada roce circunstancial hacia que la tensión fuese cada vez más y más fuerte, hasta el punto de que casi era tangible... En un descuido me agarró de la cintura, jugaba con su cara por mi nuca y mi pelo -¡Cómo echaba de menos tu olor!- susurró en mi oído. Sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, como tantas otras veces lo habían hecho, pero esta vez era diferente, no había prisa, pero el deseo era cada vez mayor, sus dedos hábiles conocían a la perfección cada rincón de mi ser. Me desnudó, con la suavidad y el cuidado que requiere una pieza única de cristal, su boca y su lengua surcaban los caminos que previamente habían surcado sus manos... El contraste del frío de la pared y el calor de su cuerpo hacía que las sensaciones se multiplicasen por mil, no podía usar la razón, me había abandonado a ella, no recuerdo en que momento... Su pierna separó las mías en un gesto certero y rápido,sus manos eran esta vez las que se abrían paso dentro de mi, despacio dejando que las caricias hiciesen su papel, y consiguiendo que cada vez estuviese más mojada.Quería sentirla dentro de mi, tenía la necesidad de tenerla de nuevo dentro de mi... Su mente oía mis suplicas, pero mi boca no pronunció ni una sola palabra.. de ella solo salían suspiros y gemidos de placer... No podía más, cuando cual fiera hambrienta me agarró con fuerza el pelo y su mano comenzó a penetrarme como nunca antes lo había hecho... Me deje llevar hasta que me fui no sabía muy bien dónde estaba y había perdido por unos segundos las consciencia, hasta que una susurro me devolvió a sus brazos diciendo -Nadie más te follará así .